La presente obra se inscribe en el conjunto de la literatura espiritual cristiana. La calidez de expresión, su registro sencillo, la mesura en el tono, la fidelidad con que transmite sus impresiones el protagonista de esta obra misterios, constituyen apenas unos rasgos de este verdadero clásico de la tradición contemplativa.De autor desoconcido, los relatos se remontan a los primeros tiempos del Oriente cirstiano, consignándose su primera edición en la Rusia de 1870.