Durante mucho tiempo los frutos secos, debido a su alto contenido en grasas, han sido considerados perjudiciales para la salud. Hoy, sin embargo, la dieta mediterránea los propone como alimento que, junto con el aceite de oliva y el pescado azul, debe ser consumido a menudo para gozar de una buena salud cardiovascular. el libro de los frutos secos recopila más de 250 recetas saladas y dulces en las que almendras, anacardos, avellanas, cacahuetes, castañas, nueces, pistachos, etc., son el componente fundamental de aperitivos, salsas, postres o platos principales. Como complemento al más amplio recetario sobre la materia, maría Pilar Martín Galilea nos pone en contacto con toda una serie de datos históricos y dietéticos de estos maravillosos productos alimenticios.