En entrevista, Calera-Grobet dice que se aventó en Zopencos una narración desparramada, dejada de la gravedad pasmosa de cualquier floritura "literaria", que lo dejara vagabundear en estilo libre, tal como si contara una historia a una banda de amigos alrededor de una alberca, un asador y un cartón de cervezas. ¿Qué cuál es la historia? La de un grupo de mozalbetes bobalicones--ese ramillete natural de gente prángana e indeseable del que uno fuera parte alguna vez--, que no tuvo más que echarse en cueros un calvado a sa estampida de cosas que fue vivir en unsuburbio en los años ochenta.