Yvette, una de las obras más representativas de Guy de Maupassant, es el relato de una educación sentimental y social, del camino que conduce a la joven Yvette a tomar conciencia del mundo equívoco que la rodea. Con un estilo depurado, lejos de cualquier recurso melodramático, Maupassant describe la parodia de la buena sociedad en la que Yvette vive junto a su madre, una cortesana entre fortunas dudosas, aventureros y libertinos. Yvette es una joven apasionada y novelesca, capaz de llevar las situaciones al extremo incluso para esas compañías que están acostumbradas a todos los excesos: su personalidad cambia, un día es inocente y soñadora, y otro, tentadora y humillante. El drama de Yvette es desear distinguir lo verdadero de lo falso y aspirar a ser ella misma y escapar del destino que le está reservado en el mundo de la prostitución dorada. Hasta que se ve obligada a aceptar que ni ella ni la realidad son lo que creía que eran. Con su maestría para construir un relato, Maupassant nos lleva de la alegría de vivir a las ilusiones perdidas, y con pinceladas precisas recrea una época en la que la condición de la mujer la condenaba a vivir renunciando a sus ideales y a su propia identidad.