Difícilmente Ozu hubiera podido suponer que, cuarenta años después de su muerte, llegaría a ser uno de los ci­neastas japoneses más apreciados en Occidente, donde no se duda en situarle junto a los directores más importantes de todos los tiempos. Tras haberse celebrado su primer centenario, el arte y la memoria de Yasujiro Ozu permanecen más vivos que nunca. La fama le llegó, fuera de su país, cuando ya no podía eludirla. Pese a su creciente prestigio, y a la admiración que su le­gado despierta entre quienes a él se acercan, Ozu continúa siendo el más desconocido de todos los grandes cineastas. El presente trabajo examina, por primera vez, toda la filmografía conservada de aquel artista irrepetible. Evitando las interpretaciones místicas que a menudo se han hecho de su obra, así como el excesivo formalismo con el que se han analizado con frecuencia sus pelícu­las, el estudio que presentamos aspira a mostrar el cine de Ozu como una manifestación cultural de su tiempo.