Paddy Rekalde ha buscado el apoyo en otros puertos y pueblos. Un puñado de cervezas y algunos escritores ya muertos han sido, en ocasiones, sus confidentes. En otras, las noches de whiskey, las conversaciones entre amigos, los bares, Euskal Herria, Irlanda, los amores, las canciones, las historias, los tragos en un buen ambiente, los pueblos abandonados, los corazones desatendidos, los bailes, el frío y el calor, los muertos vivientes y el abrazo de los labios. En las horas de la cerveza y el whiskey. Algunos apuntes y algunos cuentos. Todos ellos atrevidos. Ni uno solo es neutral... porque no hay razón para que lo sea. Es un escritor de trincheras y lo sabe. ¡Cómo no va a saberlo! Es hijo de ferroviario.