Clarice Bryan nos sumerge en ese poso de filosofía zen que invita a vivir con la mente tranquila, permaneciendo liberados de los miedos y las codicias que cada vez más caracterizan, asfixiándolo, al ser humano. La clave consiste en vivir sin esperar. El apoyo: los numerosos maestros personales y espirituales que han embellecido la existencia de la autora. Con humor, elegrancia y serena sabiduría analiza nuestra vida postmoderna, desde los estereotipos de género hasta el siempre hambriento monstruo del consumismo. Al inicio de cada capítulo incluye, además, una serie de evocadores dibujos en tinta, realizados por ella misma, que nos desvelan los milagros del inestimable hábito de tomar conciencia de nuestros propios actos.