Vivir para viajar es un libro de viajes atípico, por su estructura (por otra parte usual en la literatura viajera del mundo anglosajón), en que el autor relata algunos hechos ocurridos entre 1981 y 1993 en el curso de varios de sus viajes. Desglosado en nueve historias completamente independientes, lleva al lector a países tan enigmáticos como Egipto, para buscar las tumbas de Osiris; Perú, para explorar el rio Amazonas, acompañar a los huaqueros en sus correrías en busca de tesoros antiguos, o perseguir enigmas que con el paso del tiempo han dejado de serlo; Palestina, para reflexionar en el umbral de la Santa Cueva sobre la natividad de Cristo y la fe cristiana; Nepal, donde los campesinos mantienen una curiosa costumbre para relacionarse y cerrar negocios, o Rumania, para seguir la huella del vampiro más famoso de todos los tiempos. Cada historia o relato debe entenderse en el contexto de la época en que ocurrió y las circunstancias sociopolíticas del momento. En el Perú de 1983, por ejemplo, los huaqueros campaban a sus anchas en un país desangrado por las acciones guerrilleras de Sendero Luminoso, y la corrupción y la inflación hacían que el dinero abriera muchas puertas cerradas a cal y canto. El autor no se conforma con relatar sus experiencias, describe los acontecimientos políticos o culturales que envuelven cada relato, reflexiona sobre las circunstancias que le llevaron al país, y describe a los personajes para, a través de ellos, dar una visión objetiva de los hechos. En definitiva, un libro ameno, escrito en un lenguaje fluido, para pasar buenos ratos con su lectura, viajar cómodamente desde el sillón de casa, y soñar con un mundo que todavía sorprende a los viajeros.