Sócrates se pasó la vida sometiéndose a escrutinio y examinando las opiniones de otros. Su seguidor más conocido, Platón, arriesgó su reputación al ser tutor de un tirano. Diógenes llevaba una lámpara y proclamaba «estar buscando un hombre». La alianza de Aristóteles con Alejandro Magno presagia el complejo papel de Séneca en la corte de Nerón. Agustín descubrió a Dios dentro de sí mismo. Montaigne y Descartes indagaron sus más profundas convicciones en una era de criminales guerras religiosas. Rousseau aspiraba a una vida de virtud perfecta. Kant elaboró un nuevo ideal de autonomía. Emerson predicó un evangelio de autosuficiencia para una nueva nación.Y Nietzsche intentó «unificar y reunir lo que es fragmento y enigma y temible azar» en el hombre antes de sucumbir a la demencia.