Desfigurado por la lepra, simple misionero religioso en una desconocida isla del Pacífico, a menudo en desacuerdo con sus superiores, casi siempre aislado de los hermanos de su familia religiosa y ejerciendo su ministerio con la teología y los métodos de su época, ni fundador de una orden, ni teólogo, ni orador, ni escritor espiritual... ¡Tal es Damián de Molokai! Su andadura puede extrañar, sorprender, e incluso escandalizar ¿Hay derecho a arriesgar la vida hasta ese punto?, ¿y con qué resultados? Bernard Couronne, de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, traza aquí el itinerario espiritual que llevó a Damián d e Veuster, joven misionero flamenco, a seguir su ardor por el evangelio hasta la identificación con los más desheredados en alma y cuerpo de su tiempo. Enfermo, condenado, dos años antes de su muerte, el Padre Damián escribe: "La alegría y la satisfacción del corazón hacen que me crea el misionero más feliz del mundo".