A finales del siglo XVIII, un joven cirujano escocés, Mungo Park, ofrece sus servicios a la African Association para trazas y estudiar el curso del río Níger. La Asociación lo acepta y así da comienzo una de las mayores aventuras que han tenido lugar en el interior de África. Park soporta unas condiciones extremadamente duras pero, gracias a su fortaleza física y a su fe en el buen fin de la expedición, consigue salvar la vida y regresar a Inglaterra, cuando ya todo el mundo lo daba por muerto. Lo que no logra es recorrer el Níger hasta el final y, por eso, casi diez años más tarde, decide regresar a intentarlo.