El Vía Crucis nos lleva a reflexionar sobre nuestro modo de vivir, nos invita a valorar adecuadamente las diferentes situaciones de nuestra existencia y nos permite ver la realidad con la justa perspectiva: el sufrimiento, al que a menudo nos enfrentamos, puede desembocar en el gozo de la resurrección. Siguiendo los pasos de Jesús, el mal y las limitaciones pueden convertirse en una oportunidad para llevar una vida cimentada en la esperanza y en el amor. Las imágenes o situaciones de lo cotidiano propuestas en cada una de l as estaciones de este Vía Crucis nos ayudan a profundizar en el significado de cada etapa y, al mismo tiempo, sirven de llamadas de atención para una relectura de nuestra propia vida a la luz del misterio pascual. Esta obra que proponemos puede ser utilizado en las parroquias y en grupos juveniles, así como en la reflexión personal.