El Vía Crucis es un modo óptimo de acercarnos al misterio central de la fe: la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Apoyado en los santos padres y en el magisterio de la Iglesia, este "Vía Crucis del hombre de hoy" quiere combatir la violencia del mundo, la violencia que se infligió a Cristo en la cruz y que hoy se sigue infligiendo a tantos hombres y mujeres, mediante la oración y la meditación en el camino de la cruz, camino de la salvación por medio de Jesucristo.