El verano de 1939 se presenta como uno más en la vida de Jick McCaskill, un chico de English Creek, Montana. Jick espera con ansia los ritos estivales: el conteo de las ovejas, el rodeo y el baile con que se celebra la fiesta del Cuatro de Julio. Pero cuando su hermano Alec anuncia que ha decidido casarse y renunciar a sus estudios universitarios, la armonía familiar se tambalea. Con poco más de catorce años, Jick acompañará a su padre en una de sus excursiones como guarda forestal y le echará una mano en sus muchos quehaceres; la dureza del trabajo y la vida al aire libre, sus nuevas responsabilidades y la gente que va tratando lo introducen en el mundo de los adultos que hasta entonces le estaba vedado. Verano en English Creek evoca ese momento mágico de la vida de todo adolescente en que el mundo parece abrirse a su alrededor, lleno de posibilidades y misterios por desvelar. El escenario de la narración, sus gentes y paisajes, nos habla de una forma de vida más humana y sencilla, hoy ya desaparecida. Con esta novela, la primera dedicada a la saga de los McCaskill, Ivan Doig se consolidó como uno de los más memorables narradores del mundo rural norteamericano.