Es cierto que, para fortuna de sus lectores,la literatura finalmente ha desplazado a la militancia política, pero también lo es que sin la experiencia que ésta le brindó, aquélla no sería lo que es: una literatura que viene de regreso de las cosas, madura, crítica, paródica, humorística, reflexiva, honda; una literatura que echar raíces en la experiencia, que abreva en el conocimiento profundo de la realidad nicaraguense y latinoamericana y que sabe aquilatar, por la vía del contraste con las terribles terribles limitaciones y deformaciones del poder real, el libérrimo y luminoso poder de la imaginación.