Entre los miles de papeles inéditos del historiador William H. Prescott se encuentra una bella traducción al inglés de una oda de Horacio dedicada a Septimio: "Follow me to distant Spain". No hay versión de este poema que ilustre mejor la mezcla de sentimientos que inspiraron no sólo al historiador sino a toda una generación de intelectuales norteamericanos: la curiosidad por una España remota y el deseo de recorrerla con un amigo entrañable. Es decir, conocer lo distinto de la mano de lo seguro y firme; contemplar el pasado imperial de la mano de los nuevos valores democráticos; definir la identidad propia por contraste con la ajena.