La convivencia universitaria no debía concebirse como una simple coincidencia determinada por la necesidad de obtener títulos de especialista, señalaba el Manifiesto del Sindicato Democrático de la Universidad de Barcelona (SDEUB). La enseñanza superior debía dejar de ser un privilegio reservado a las clases económicamente dominantes, sobre el que se fundaba un segundo privilegio: el de reservar a sus miembros, único sector de la población que entonces podía obtener títulos académicos, importantes y decisivas funciones de gestión social. Por lo demás, los principios del manifiesto, fechado en 1966, no constituían más que la aspiración inicial de una reforma democrática de la Universidad. No eran en sí mismos soluciones técnicas a problemas técnicos. La Universidad española debía evitar su conversión definitiva en un aparato oprimido que oprime a su vez las conciencias; debía emprender el camino que le permitiera llevar a ser el más alto reflejo de “un pueblo tan plural como es el nuestro”; debía tomar en sus manos la causa de la libertad de la cultura e insertarla en el amplio horizonte de la lucha por la libertad en la sociedad española. Componen este libro una presentación del editor, conversaciones con cuatro de los fundadores del sindicato: Quim Boix, albert Corominas, José luis Martín ramos y Mariona petit, junto con un escrito de otros de los protagonistas, Ramon Torrent, una entrevista al profesor Jordi Mir Garcia, profundo conocedor y estudioso de los movimientos sociales transformadores, y dos anexos: el Manifiesto aprobado en la fundación del SdeUB (convertida en encierro por la intervención posterior de la policía barcelonesa) y una entrevista con el malogrado Francisco Fernández Buey, otro de los protagonistas, autor del libro, publicado también por esta editorial, Por una Universidad Democrática. “Para quienes, dentro y fuera de la universidad, han luchado, luchan y lucharán, en pie de crítica, resistencia y disidencia, por una universidad democrática al servicio de la sociedad”, reza la dedicatoria de este libro. Conviene reparar en el “luchan y lucharán” y en la necesidad de una universidad al servicio de la sociedad, libre de servilismos y en pie de crítica y disidencia.