Al Gore ha realizado el esfuerzo de hacer más inteligible la verdad incómoda sobre el calentamiento global a aquellos que tendrán que afrontarla en un cercano futuro: los jóvenes. Y lo ha hecho intentando contagiarles, a través de su rigor expositivo y de la belleza de las imágenes contenidas en esta edición, su amor por la naturaleza y por el equilibrio medioambiental de este planeta. El suyo es un mensaje optimista y esperanzado, que parte de la convicción de que, si nos lo proponemos desde ahora mismo, aún podremos evitar entre todos los peores efectos del cambio climático. Por ello, al ir dirigido a los jóvenes, este libro alcanza su máxima razón de ser y su publicación adquiere pleno y total sentido.