Las abundantes riquezas espirituales de nuestra tradición cristiana católica son por desgracia muy poco co-nocidas. A muchos les parecen reservadas a sabios y especialistas. Por ello, nos encanta poner a disposición del gran público, del cristiano de a pie, la doctrina sanjuanista de las noches. El P. W. Stinissen se revela en estas páginas al mismo tiempo como un fiel discípulo del Doctor de la Iglesia y un verdadero maestro para nues-tros contemporáneos. Es un rotundo exponente de la luz que ofrece san Juan de la Cruz, a este respecto, y las encarna en nuestra cultura. Ojalá que pueda iluminar a muchos consejeros espirituales y a cuantos, tocados por el Espíritu, buscan, para caminar más lejos, referencias seguras, la llama del amor puro.