Escrita en forma de diario de viaje, Una mujer infortunada relata la historia de un escritor –el propio Brautigan- que al cumplir 47 años decide dar un nuevo rumbo a su vida e iniciar un largo periplo por Estados Unidos. La mirada del escritor y protagonista no es la de un turista ni actúa como tal. Nunca se detiene en detalles sino que encadena, siempre con un gran sentido del humor y del ritmo, la narración de los absurdos acontecimientos de los que es testigo y los pintorescos personajes que se va encontrando (una celebración de cumpleaños con extraños en un tren, la dificultad de hacerse una foto con un pollo vivo en Hawai, cómo ligar en un supermercado...). De pronto aparece la figura de la mujer infortunada a que hace referencia el título, una mujer que se suicidó meses atrás en su casa. Al hilo de la historia de esta mujer, el narrador comienza a afrontar, sin entrar en patetismos, su propia soledad. Poco a poco, el lector irá descubriendo que el narrador, pese a su miedo a la muerte y sin perder nunca la mirada lúcida e irónica sobre el mundo y sobre sí mismo, comienza a darle vueltas a la posibilidad del suicidio. (Un año después de terminar la novela Richard Brautigan se suicidaría.) Una de las voces más relevantes de la cultura heterodoxa de hoy. The New Yorker