«Una educación sensorial es el título de este libro, pero, asimismo, exactamente, lo que en él se narra bajo la doble experiencia de un adolescente que descubre en el arte lo que la vida todavía no le ha ofrecido, y de un adulto que evoca, tras el paso de los años, lo que fue aquel aprendizaje singular y en muchos sentidos mágico. Sin embargo, también el subtítulo es ajustado, puesto que, como se observará, la narración implica a la par una reflexión sobre el erotismo y una auténtica historia del desnudo en la pintura, construida siempre, eso sí, desde la experiencia subjetiva del narrador». Rafael Argullol