El periodo entre 1717 y 1728 se puede calificar de década prodigiosa para el País Vasco, una etapa que cimentó las bases de la realidad social y económica de dichos territorios hasta la abolición foral, a pesar de los conflictos nacidos de las medidas políticas de una nueva dinastía que proyectaban un futuro poco esperanzador para la foralidad. En este marco las instituciones forales obraron un prodigio, al obtener un ámbito legislativo favorable que permitió cambios básicos para su economía. Tras el traslado de aduanas del interior a la costa y la invasión de Gipuzkoa por tropas de la Cuádruple Alianza, el capitulado de 1727 fue referente político y cultural común para las tres provincias en su literatura jurídica.