Cuando en noviembre de 1886 Ernst Haeckel arriba a Tenerife, procedente de Madeira en el buque de guerra prusiano Niobe, había leído con profusión sobre las Canarias gracias a las obras de sus compatriotas Humboldt y Von Buch. Fueron estas lecturas las que despertaron su admiración y su ansia de conocer el Teide, pues «la pintura brillante con que Humboldt describe el Valle de La Orotava» le hace «sentirse poseído del anhelo de trasladarse a aquel jardín paradisíaco». Su ascensión al Pico en invierno estuvo acompañada por el mal tiempo, pese a ello no desistió en su empeño por realizar ese sueño que era su mayor anhelo desde la más tierna juventud. Ernst Haeckel escribió dos trabajos sobre su viaje a Tenerife: Ascensión al pico de Tenerife, que apareció por primera vez en 1870; y Eine zoologische Excursión nach den canarische inseln (1867). Estas obras contribuyeron de forma significativa al conocimiento y difusión de la geografía isleña en el mundo germánico, siguiendo la estela de sus predecesores Humbodlt y Von Buch.