Incisivo, mordaz, seductor, impertinente, cínico y romántico, Truman Capote, el enfant terrible de las letras norteamericanas, no es solo uno de los grandes narradores del siglo XX, sino también un icono cultural, un mito, una leyenda que se agranda con el paso del tiempo. El grueso de las cartas compiladas en este volumen, editado por su biógrafo Gerald Clarke, conforman una suerte de autobiografía en la que el autor de Desayuno en Tiffanys se confiesa ante los distintos corresponsales a lo largo de toda su vida, desde los años de tímido adolescente y genio precoz en Nueva York, pasando por el despertar a la fama con su primera novela, el voluntario y largo exilio europeo, la infernal redacción de A sangre fría, su obra maestra, hasta llegar a la decadencia, física e intelectual, en los años ochenta, víctima de la depresión, el alcohol y las drogas. Por estas páginas desfilan, magistralmente evocados por la lengua viperina de Capote, todos los escritores de su generación, pero también actores, actrices, pintores, fotógrafos, políticos: todo el siglo XX, con sus luces y sus sombras, reverbera a través de esta verdadera novela epistolar.