Alejandra Blanco. Diecisiete años. Gótica. O quizás grunge. Amante de los cómics, la literatura clásica y los adjetivos polisílabos. Amiga de sus pocos amigos, los frikis de su instituto. Navega entre el desprecio y la fascinación ante la decadente sociedad de consumo hasta que una chica rubia irrumpe en su vida con la fuerza de una bola de baloncesto en toda la cara. Verónica Harrington. Dieciséis años, lo que es casi lo mismo que diecisiete. Rapera. O quizás bakala. Poco amiga de comerse la cabeza y mucho de salir, liarse con todo lo que se deje y esnifar lo que se ponga por delante. Quiere probarlo todo, huir de todo lo que parezca una obligación y que la quieran por algo. Y la Álex es rara, pero también es distinta a todo lo que ha conocido. Ambas comparten una afición tan apasionada como culpable: los musicales. Y un complejo mecanismo se pone en marcha cuando su profesor de Literatura organiza uno con ellas de protagonistas en el instituto... Una comedía romántica, a veces tierna, gamberra y muy cañí que os trasladará a finales de los noventa. Una historia desternillante que no defrauda en absoluto y que deja con ganas de más.