La Ciudad Lineal de Arturo Soria nació como el sueño de un pensador, un hombre adelantado a su tiempo al que se le cerraron muchas puertas, pero que gracias a su perseverancia, consiguió realizar su más ansiado proyecto: urbanizar el campo y ruralizar la ciudad. Lo que surgió como un ideal en el que convivirían ricos y pobres, terminó convirtiéndose en la urbanización más importante y saludable de principios del siglo XX, en la que muchos personajes relevantes adquirieron su finca bautizándola en hotel o villa.