Un drama nuevo (1867) es aún hoy una de las creaciones imprescindibles de nuestro repertorio teatral: la centralidad de la acción, la tensión dramática, la agilidad de los diálogos y el magnífico empleo del recurso del teatro en el teatro justifican que se la considere clásica y actual. Menos conocida es Virginia (1853), una de las importantes tragedias decimonónicas, insertada en una tradición poética europea. Ambas obras sitúan en un lugar privilegiado del teatro español a Manuel Tamayo y Baus (1829-1898), actor y autor, pero también director de la Biblioteca Nacional. Desde el valor que ambas obras pueden tener hoy, Julio Checa, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, catedrático de enseñanza secundaria y estudioso del teatro moderno en distintas publicaciones, estudia la construcción dramática de las piezas, dentro de la teoría teatral del autor y sin perder de vista sus características espectaculares.
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