Estas unidades de trabajo están pensadas para ser utilizadas en el primer ciclo de Educación de Personas Adultas, por un alumnado con unos conocimientos previos de lectura y escritura. Nuestro modelo de trabajo se nutre de la visión constructivista sobre el aprendizaje, en cuanto que enfatiza el conocimiento existente para la adquisición de los nuevos conocimientos. Así pues, los conocimientos que ya poseía la persona adulta, basados en su experiencia personal, son reestructurados, reorganizados y secuencializados para posibilitar su nuevo aprendizaje. Este aprendizaje se desarrolla en un contexto que favorece y potencia la participación, individual y grupal, así como la interacción. Otro aspecto importante de este modelo es el relacionado con la motivación, más intrínseca que extrínseca, con el fin de que la persona adulta tenga la intención de aprender. De esta forma, percibirá la actividad didáctica como estimulante y desafiante; es decir, que al aprender, aprendamos que podemos aprender en las interacciones establecidas en el aula, en las tareas cotidianas y en el contexto personal. Todo este proceso ha implicado una utilización de estrategias metacognitivas como forma de pensar sobre la planificación, organización, acción educativa, reflexión sobre las decisiones y acciones, así como sobre todas las variables que intervienen en dicho proceso educativo. Para abrir al alumnado a los procesos de pensamiento necesarios para que comprendan y transfieran el conocimiento a otras realidades, se presentan en el proyecto una variedad de lenguajes (verbal, escrito, gráfico y audiovisual). En conclusión, nuestro Proyecto no pretende ser el desarrollo de unas normas o principios, ni un compendio de “fichas fotocopiables” para salir del paso, sino la explicación de un trabajo de investigación, de experimentación y puesta en práctica, que creemos motivador, práctico, contextualizado y significativo para las personas adultas.