Tanto en España como en el resto de la Unión Europea, educadores, familias y agentes sociales coinciden en el papel relevante de los servicios de Orientación. Son la pieza clave para detectar a tiempo cualquier problemática educativa o personal en los alumnos y asesorar al profesorado y a las familias. Es cada vez más importante también la intervención orientadora para prevenir dificultades de aprendizaje, anticiparse a ellas y evitar en lo posible fenómenos tan indeseados como el abandono, el fracaso o la inadaptación escolar. Por otra parte, el orientador desempeña un papel fundamental al ayudar al alumno en sus tomas de decisiones respecto a itinerarios académicos y profesionales.