Comprender cuál es el alimento adecuado para el organismo es el primer paso y el más importante para curar enfermedades.ejorar el propio estilo de vida haciendo más ejercicio y adoptando una dieta saludable se está convirtiendo en una prioridad para un número cada vez mayor de personas, a menudo motivadas por el deseo de alcanzar una buena forma física o, simplemente, de deshacerse de unos cuantos kilos de más. Sin embargo, muchos no saben que, más allá de representar un lastre, una cintura desbordada también podría indicar una afección que se denomina 'síndrome metabólico', que no es no una patología en el sentido clásico de la palabra, sino un conjunto de trastornos, como la hipertensión, la hiperglucemia, los valores demasiado bajos del colesterol 'bueno', los triglicéridos altos y, de hecho, la acumulación de grasa, que aumenta el riesgo de contraer ciertas enfermedades, especialmente las cardiovasculares y las oncológicas. Y es precisamente a este síndrome tan insidioso, y en apariencia asintomático, que Antonio Moschetta, especialista en medicina interna, dedica su atención en este libro. En particular, Moschetta se ocupa de los mecanismos biológicos a través de los cuales una mala dieta puede contribuir a generar un exceso de tejido graso y 'alimentar' a las células cancerosas. De hecho, estudios recientes han demostrado que las personas con un perímetro abdominal de más de un metro no solo son más propensas a desarrollar un tumor, sino que también son resistentes a las terapias estándar. Por tanto, Tu metabolismo propone explicar, con rigor científico, pero de una manera clara y efectiva, cómo los alimentos pueden 'dialogar' con el cuerpo a través del ADN y, por tanto, en un lenguaje específico, diferente para cada persona. Gracias al conocimiento de estos procesos, cada persona puede cambiar su relación personal con la comida. 'Porque, aunque no hay certezas -enfatiza Moschetta-, la palabra 'riesgo' se vincula de todas maneras a la palabra 'esperanza': siempre hay un momento en el que se puede retroceder, revertir la tendencia negativa y corregir los malos hábitos adoptando estilos de vida que, aunque por sí solos no pueden ciertamente ser una cura para las patologías graves, siguen siendo la mejor herramienta de prevención de la que disponemos todos los días'.