La noticia que interrumpió su desayuno lo entristeció. El capitán de corbeta Frank Riggold había fallecido en el casino envuelto en el alegre bullicio de año viejo. La tristeza fue alejándose para dejar paso al desasosiego. ¿No había muerto hacía poco otro capitán de corbeta? Sí, efectivamente, Gary Toothaker. ¿No eran de la misma promoción? El almirante de la zona norte se dirigió a su despacho para comprobarlo en el escalafón. Inquieto por éstas y otras coincidencias, llamó al ministro para comentarlo. Y el ministro no tardó en ordenar a la Inteligencia Naval una indagación sobre estas muertes rodeadas de tan extrañas casualidades. Y es que Frank Riggold y Gary Tothaker eran no solo de la misma promoción, sino también el número uno y dos de la misma. Y ambos habían muerto de un infarto de miocardio. A los cuarenta y tantos años de edad.