En Tres versiones de la vida (2001), dos matrimonios bien situados, cultos, conocedores y practicantes de las convenciones, se ven impelidos a abandonarlas en el transcurso de una cena improvisada a base de aperitivos; pero las humillaciones que se suceden pueden ser de distinto signo o podrían no serlo en absoluto: la obra ofrece, ingeniosamente, tres variaciones sobre la misma situación. En Una comedia española (2004), una chejoviana reunión familiar incluye, entre sus rutinas, secretos contados a voces y crisis de ansiedad
mientras los actores que la interpretan dan su propia versión de los personajes y de lo que el autor les exige («El actor que no quiere aniquilar al escritor está jodido», dice uno de ellos). Ambas obras, que aquí presentamos en las excelentes versiones de Natalia Menéndez y Fernando Gómez Grande que se utilizaron para su estreno en España, son puro universo Yasmina Reza. Un teatro en el que los personajes, a pesar de sus pequeñeces burguesas, siempre se preguntan si la vida lleva a alguna parte, sin encontrar una respuesta que los instale en la esperanza, ni tampoco en un cómodo pesimismo.