Abril se encuentra en el aeropuerto esperando al que fue su gran amor de juventud. Aunque han pasado siete años sin ninguna noticia ni contacto y ella ha continuado su vida y está a punto de terminar la carrera de Medicina, no ha logrado olvidar al triste joven de enormes ojos azules del que se enamoró con dieciséis años. Fue en la ciudad de Sarajevo, cuando la herencia de la guerra de Bosnia se palpaba todavía en los edificios destruidos y en los agujeros de bala de las paredes, pero sobre todo en el alma de sus habitantes. Y en ese tiempo de espera, entre aterrizajes y despegues de aviones, Abril recuerda aquella experiencia, marcada por tres besos