Dos fases jalonan el discurrir de la lírica contemporánea española estudiada en la sucesión histórica de los textos poéticos, es decir, liberada de la inercia de categorías generacionales y de etiquetas post-bélicas y extra-literarias. En la primera (1917-39), el Veintisiete y otros poetas coetáneos aprenden y maduran una lengua poética que multiplica su expresión en plurales registros; en la segunda (1940-68), algunos de esos poetas se transforman en maestros de otros, y así se establece una continuidad con aquellas tendencias primeras.
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