Para el agricultor los girasoles son como Pléyades que se extienden a sus pies, en la tierra, desempeñando un papel calendarial paralelo al de aquellas estrellas pues le indican las horas girando al compás del sol, es decir describiendo un movimiento en el espacio que define y señala simultáneamente el tiempo. Para nosotros el tiempo “transcurre” y el espacio se “recorre” pero en el mundo clásico el tiempo y el espacio son creaciones culturales que forman un binomio indisociable. Nuestro Primer Seminario Hispano-Italiano de Historia de las Religiones no consistió en el análisis de un Tiempo y de un Espacio abstractos sino en el de una serie de “casos” en los que se pudiesen individuar, a través de los mecanismo propios de las religiones del mundo clásico, la posibilidad y los medios de que disponían los hombres para controlar, apropiarse y ordenar el espacio y el tiempo.