Desde el trabajo social, el medio ambiente se percibe como un nuevo escenario para la práctica profesional en tres diferentes ámbitos: como un espacio de generación de empleo socio ambiental en la medida que el desarrollo de proyectos sostenibles puede implicar el acceso al trabajo de poblaciones con especiales dificultades; como una nueva necesidad formativa, puesto que requiere una actualización en los contenidos y en los procesos de intervención a desarrollar; como una posibilidad para lograr la participación ciudadana en a mejora de los entornos que habitamos