Adam Kindred es un experto climatólogo, pero es incapaz de prever la feroz tormenta que está a punto de descargar sobre sí mismo el día que acude a Londres a una entrevista de trabajo. Por hacerle un favor de lo más simple a un extraño su vida pasa en pocas horas de contener un futuro prometedor a ser un presente de pesadilla. Despojado de todas sus pertenencias y sospechoso de haber cometido un asesinato, Kindred se verá acosado por la policía, al tiempo que el auténtico responsable lo buscará con ahínco para liquidarlo. Su existencia se convierte en un thriller con un falso culpable y en una darwinista lucha por la supervivencia. Con idéntica astucia psicológica y ritmo vertiginoso de su anterior novela de espías, Sin respiro, William Boyd despliega una intriga conspirativa digna de Alfred Hitchcock en un Londres analizado con la lupa de Charles Dickens, donde se revela la fragilidad de nuestra identidad social, la inmoralidad de las corporaciones y los rincones más perturbadores de las grandes ciudades. «Uno de los más destacados talentos no sólo de la narrativa en lengua inglesa, sino del panorama internacional de nuestros días. » Mercedes Monmany