Los estudios recogidos en este volumen profundizan en el conocimiento de los siglos VI y VII, cuando Toledo fue sede política y religiosa del reino visigodo y en la que dio comienzo su brillante trayectoria posterior.La ciudad dio acogida a una corte cuyos modelos de comportamiento y gustos estaban influenciados por la capital mundial del momento: Constantinopla.Esta vinculación se vuelve a dar en la época moderna, en tiempos del Greco quien no abandonó nunca sus raíces bizantinas, quizás su vertiente menos conocida, y tuvo la oportunidad de convivir con una colonia de griegos asentados en Toledo.
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