Harold García, el mártir de la crisis — comisario heroico capaz de sobrevivir a un disparo en la cabeza—, pretende dar un giro a la situación general de pesimismo y penuria que invade al país. Harto de políticos corruptos y banqueros insensibles, está convencido de que tan sólo una única acción simbólica, ampliamente difundida, será capaz de despertar del sopor y el conformismo a los españoles que dormitan entre el desempleo y la pobreza. Sus años como policía le han permitido conocer lo que más teme. No dudará en hacerlo público. El amor de Alicia, la amistad de su exmujer Carlota, sus ansias de escribir… nada conseguirá apartar a Harold de su único fin. En esta novela, de ingeniosa estructura y sorprendente desenlace, se reúnen las inquietudes que en los últimos años han asolado nuestro país. Harold pretende organizar una revolución, la necesaria para invertir las anquilosadas estructuras de poder que imposibilitan el crecimiento de una sociedad que pide a gritos un cambio: «No aguanto más mierda. España no tiene arreglo ni nunca lo tendrá (…). Me han engañado los políticos, los jueces, mis superiores policiales, mi propio padre».