La obra de Vinyoli es un claro exponente de la alianza entre la poesía entendida como «canto» (en la línea de su maestro Carles Riba) y como aproximación a la realidad más próxima y cotidiana, aquello que nos acompaña o sucede a diario. Un acercamiento que ya se plasmó en su libro Realidades pero que cobra forma definitiva en Todo es ahora y nada (1970). El malestar existencial, la rememoración de geografías pasadas y los grandes temas como el amor, la muerte y la vida se entretejen en versos irónicos, prosaicos y rotos por unos encabalgamientos que sitúan al lector ante la verdad de la existencia. Esta traducción no aspira sino a añadir un eslabón más al estudio de la obra de un hombre que sólo quiso ser «un hombre [más'> entre muchos».