Todo en común - Batu eta banatu es el lema del Gesto diocesano 2015 y el título de este cuadernillo de la colección Xirimiri. No es difícil adivinar que Todo en común es una expresión neotestamentaria del conocido pasaje de los Hechos de los Apóstoles: los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común (Hch. 2, 44). En efecto, la comunicación de bienes, para que nadie pasara necesidad, era un distintivo de la actuación de las primitivas comunidades cristianas. Luego, aquella pauta se globalizaría, en lo que fue acuñado como el destino universal de los bienes, un principio bien asentado, aunque poco recordado, de la doctrina social de la Iglesia. Actualmente seguimos en una grave situación marcada por un creciente y desigual reparto de los bienes. En el cristianismo todavía habitan el latido de la comunidad, la responsabilidad samaritana para con el otro y la lógica del don. Un capital no monetario, pero sí simbólico, valioso para una sociedad demasiado vulnerable en sus valores pre-políticos a la hora de hacer frente a la devastación de la crisis. El presente número de la colección Xirimiri es un instrumento para dar horizonte al Gesto diocesano 2015, para recordarnos el destino universal de los bienes, esto es, la función social de la propiedad, y en definitiva para sensibilizar y proponer vías de actuación, a través de la lectura personal o del trabajo en grupo.
Todo en común - Batu eta banatu es el lema del Gesto diocesano 2015 y el título de este cuadernillo de la colección Xirimiri. No es difícil adivinar que Todo en común es una expresión neotestamentaria del conocido pasaje de los Hechos de los Apóstoles: los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común (Hch. 2, 44). En efecto, la comunicación de bienes, para que nadie pasara necesidad, era un distintivo de la actuación de las primitivas comunidades cristianas. Luego, aquella pauta se globalizaría, en lo que fue acuñado como el destino universal de los bienes, un principio bien asentado, aunque poco recordado, de la doctrina social de la Iglesia. Actualmente seguimos en una grave situación marcada por un creciente y desigual reparto de los bienes. En el cristianismo todavía habitan el latido de la comunidad, la responsabilidad samaritana para con el otro y la lógica del don. Un capital no monetario, pero sí simbólico, valioso para una sociedad demasiado vulnerable en sus valores pre-políticos a la hora de hacer frente a la devastación de la crisis. El presente número de la colección Xirimiri es un instrumento para dar horizonte al Gesto diocesano 2015, para recordarnos el destino universal de los bienes, esto es, la función social de la propiedad, y en definitiva para sensibilizar y proponer vías de actuación, a través de la lectura personal o del trabajo en grupo.