Tres testimonios de la fe cristiana que se enfrenta al totalitarismo nazi. Y la historia empieza así: 'Un carmelita holandés, un militante de la JOC francesa, y un sacerdote alemán. Muertos los tres, no, concretamente, por ser cristianos, sino por oponerse, de diferentes maneras, a la barbarie nazi. Y muertos, además, podríamos decir, por la puerta de atrás, en el anonimato: no en una persecución dirigida a los cristianos, ni en ninguna ejecución organizada expresamente....'