La historia trata del camino que recorre el joven Tinka, quien ve el mundo con sus ojos de niño, condicionado por todo lo que le rodea, hasta llegar a verlo valorado desde su propio punto de vista, sin prejuicios y nadie que le condicione. El anciano Wakawe le cuenta al joven Tinka la leyenda de una gran serpiente de agua que vive en el país de los malvados Makololos. Condicionado por el miedo a estos feroces guerreros, pero esperanzado en el encuentro con la serpiente de agua, el joven Tinka emprenderá su viaje. En el camino descubrirá cuánto de verdad tienen las leyendas y a que sin fin de malentendidos nos pueden llevar los prejuicios. El poder de la cultura y de las tradiciones, el amor a la familia, el coraje para acometer empresas difíciles y peligrosas, reconocer los propios errores y la solidaridad con los más necesitados son los valores fundamentales del texto. Las ilustraciones de Rafael Salmerón consiguen reflejar el universo, a veces tan agobiante como seco, de este pueblo que consigue sobrevivir.