«Una primera novela encantadora y tierna. Enfatiza la fuerza de los placeres simples, la comida casera y una química innegable.» Booklist Ellen Branford siente que está en la cima del mundo. Tiene una exitosa carrera como abogada, vive en Manhattan sin escatimar en lujos y está prometida con Hayden Croft, un hombre con un estilo y una elegancia propios de un Kennedy. Su vida sería perfecta si su adorada abuela no acabara de fallecer. La última voluntad de la anciana es que vaya a Beacon, su pueblo natal en Maine, para entregar una carta a su primer gran amor, un hombre llamado Chet Cummings. Ellen, dispuesta a concederle este deseo, coge las llaves de su Mercedes e inicia un largo camino a uno de los estados más vírgenes y aburridos del país. Con suerte, piensa, pronto estará de vuelta. Pero todo se complica cuando, al llegar, cae al mar mientras está sacando fotos del espectacular paisaje marítimo desde el muelle. Afortunadamente para Ellen, un hombre ve el accidente y se lanza al rescate. Se trata ni más ni menos que de Roy Cummings, el sobrino de Chet. Juntos averiguarán la verdad sobre su pasado familiar al mismo tiempo que Ellen descubrirá un nuevo mundo en Beacon. Al principio es una sensación extraña e inquietante, pero poco a poco se dará cuenta de que es un lugar maravilloso y auténtico; un lugar con sabor a arándanos.