El uso de la tecnología de la información ha introducido en el mercado productos y servicios que ya no requieren presencia física, sino que se crean, distribuyen y consumen utilizando redes de telecomunicaciones como Internet, y esto ha dado lugar a nuevos desafíos fiscales. Por un lado, existen problemas con respecto a la caracterización de los ingresos obtenidos a través de las transacciones digitales y la valoración creada por los datos y las contribuciones de los usuarios. Por otro lado, hay problemas con respecto a la imposición de los ingresos, entre otros, determinar el lugar en el que una entidad debe tributar sobre sus ganancias comerciales, máxime cuando una empresa no residente puede operar en un Estado sin tener presencia física. El problema aumenta cuando las empresas adoptan ciertas estrategias que eliminan los impuestos también en el Estado de residencia. En este sentido, la OCDE, con el apoyo político de los países miembros del G20, ha lanzado el Plan de lucha contra la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios (BEPS) en un intento por realinear los impuestos a las empresas con la ubicación de las actividades comerciales reales. En particular, la Acción 1 del Plan BEPS aborda los desafíos de la economía digital. En el manual que le presentamos se aborda y analiza esta realidad, exponiendo las diferentes posiciones, tanto la de los investigadores y académicos partidarios de modernizar las reglas actuales del establecimiento permanente, como los de la OCDE, adherida a los principios actuales del establecimiento permanente decidiendo simplemente modificar las reglas existentes para que se adapten a la economía digital.