La disputa territorial en América Latina incluye a 20 países, tratando de dilucidar el dominio sobre 20.000 kilómetros cuadrados de superficie y fronteras marítimas, en algunos casos desde hace más de un siglo. La buena noticia es que actualmente no asistimos a conflictos disputados por la vía de las armas. La mala es que no logramos ver la solución a muchos de ellos. Asistimos a un enquistamiento de las disputas, y un enconamiento de unas naciones con otras, como consecuencia, posiblemente, de la debilidad de las instituciones internacionales, responsables del establecimiento de soluciones y de la falta de compromiso por parte de aquellas naciones que no ven satisfechas sus ambiciones territoriales, en las propuestas de resolución de los conflictos. A pesar de las sentencias de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, como las relativas a Nicaragua-Colombia, Uruguay-Argentina, o Chile-Perú-Bolivia, los conflictos territoriales se alargan en el tiempo, dificultado las relaciones diplomáticas y comerciales de los más de 600 millones de latinoamericanos, que viven acostumbrados a sentirse parte de disputas estériles y eternas, que alientan sentimientos poco compatibles con la fraternidad entre naciones de un mismo continente y favorecen la rivalidad insana. Sirva este texto para reflejar el estado de situación de los principales conflictos, en aras de entender sus orígenes, la situación actual, y ojalá las posibles y definitivas soluciones.