La medicina y el saber popular nos han enseñado a conocer los síntomas y a curar o mejorar algunas enfermedades. También al cristiano le conviene aprender a detectar los problemas de su vida espiritual para procurar solucionarlos. En este pequeño libro, 128 páginas, podemos encontrar descritas las diferentes trampas en las que podemos caer cuando nos embarcamos en un proceso de acción y contemplación. En ellas encontramos una ayuda para el discernimiento espiritual, personal o en grupo, y están enfocadas para examinar y discernir tanto lo bueno como lo ?malo?, los defectos. Con la ayuda de Ignacio de Loyola y Juan de la Cruz, el autor analiza de forma clara y amena las tentaciones más corrientes y más sutiles, que son las que requieren un discernimiento más cuidadoso. No es raro que nos veamos retratados en algunas de estas páginas; de esa forma podremos poner remedio a nuestro problema con mayor facilidad.