Decía Chejov que el arte escénico es un campo por donde no se puede andar sin tropiezos, y, por lo tanto, se debe estar preparado para los traspiés y para, a pesar de todo, “seguir con empeño, como un fanático, tu propia línea”. Esto lo saben bien los autores de este volumen: Xus de la Cruz, Álvaro Jiménez Angulo, Paula Llorens, Paz Palau, Silvana Pérez Meix y Beatriz Velilla, todos ellos egresados de la promoción 2012-2016 de la RESAD. Esto es lo que han vivido durante sus cuatro años de aprendizaje: buscar su propia línea, su estilo, su voz, su espacio, el espacio escénico desde el que se comunican con el otro con quien comparten sus preocupaciones, sus gritos, sus confidencias; y siempre el bienestar y la adrenalina que sienten cuando están en su sitio: un folio en blanco que se va llenando de palabras que echan a volar hacia el escenario. El vuelo no es fácil, ya lo dice el maestro Chéjov, y la voz, la de cada escritor, a veces se esconde entre múltiples emisoras, entre otras voces, se silencia, se acobarda, desaparece: han sido voces fallidas. Pero siempre hay alguna tenaz que se abre paso entre el ruido, al principio como un hilo casi insonoro, lo que obliga a estar muy atento para escucharla.