El título de este libro evoca la experiencia a la que quiere invitarnos: acoger el don de descubrir la profunda y asombrosa verdad de fe de que en nuestras entrañas humanas están dibujadas Otras Entrañas Amorosas, y en ellas están también dibujadas las nuestras. ?¡Oh cristalina fuente,/si en esos tus semblantes plateados/formases de repente/los ojos deseados/que tengo en mis entrañas dibujados!?, decía de un modo poético y bello San Juan de la Cruz descubriéndonos la verdad creyente de nuestra Última Identidad. ?Las entrañas son el lugar de la hondura humana. El dolor no es profundo hasta que no atraviesa las entrañas y parece romperlas, el gozo no es pleno si éstas no se alegran? nos dice la autora. A través de estas páginas hay una invitación a hacer de las propias entrañas un lugar simbólico de fecundidad y de misericordia al estilo de Jesús de Nazaret. Al ser un libro que brota de la experiencia también quiere conducir a ella, por eso además de una fundamentación teórica, ofrece una serie de ejercicios y testimonios bíblicos que pueden ayudar a hacer de nuestras entrañas un lugar de entrañable ternura y generatividad.