¿Podría volver a amarla? Morgan Kerr sabía que su exprometido, Adam Quinn, no quería saber nada de ella. Dos años atrás, el duro mercenario la había dejado, convencido de que lo había traicionado. Sin embargo, habían asesinado a su mejor amiga y su padre quería encerrarla en un hospital psiquiátrico, así que necesitaba la ayuda y el perdón de Quinn. Quinn accedió a ayudarla a regañadientes. Sabía que Morgan no estaba loca, pero no quería volver a dejarse cautivar por ella. A pesar de todo, la pasión que siempre los había unido no tardó en despertar y la investigación se volvió aún más peligrosa.